Tras la muerte de su esposo e hija, Diane cae en una profunda depresión. Únicamente Felix - su mejor amigo y socio - consigue tener acceso a ella.
Luego de pasar año y medio prácticamente enclaustrada en su casa, Diane, decide hacer un viaje a Irlanda para cumplir el último sueño que tuvo su marido.
De esta manera, también podrá escapar del infierno que supone vivir el día a día, en un entorno, que le recuerda lo feliz que fue su vida.
Llega a Mulranny - un pequeño pueblo de Irlanda - a una lejana y solitaria casa en la playa. Decidida a reencontrarse de nuevo.
Pero pronto descubre, que la paz que tanto disfruta en soledad, puede desaparecer en unos instantes, cuando conoce a su grosero y mal educado vecino Edward.
OPINIÓN
Existen muchos libros en los que su sinopsis no les hace justicia, es más incluso les perjudica. En este caso, ha pasado todo lo contrario, el enganche de este libro son únicamente: su sinopsis y su título, siendo lo primero y lo último que llame tu atención.
Agnès Martin-Lugand, crea una trama bastante amena al inicio, pero cuyo ritmo e interés van perdiendo fuelle, conforme avanzas páginas. La autora, no profundiza ni en sentimientos ni en personajes. Es una historia que tiene buenos cimientos pero un débil y escaso desarrollo, muy por encima de la realidad, dejando una sensación de superficialidad al lector. Los giros que dan los personajes no son creíbles y tampoco adecuados al argumento que plantea al principio y esta tendencia la mantiene hasta el final, del cual prefiero no hablar.
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