jueves, 27 de mayo de 2010

La Soledad de los números primos - Paolo Giordano




Hace una semana terminé de leer La soledad de los números primos, cuyo autor Paolo Giordano era un total desconocido para mí hasta ese momento.
Lo empecé por consejo de una amiga a quién llamó la atención lo apuesto y joven que era el susodicho Giordano. Al leer su biografía descubrí que este libro era su primera novela - ganadora del Premio Strega 2008 - y que además de escritor era Licenciado cum laude en Física. Inmediatamente empecé a devorar cada una de sus páginas y digo devorar porque el principio de la novela es como un anzuelo apetitoso, provocativo e irresistible para un pez deseoso y anhelante de buenos y placenteros momentos de lectura.
La historia de Mattia y Alice es, por decirlo de alguna manera, irreal y al mismo tiempo posible. Irreal porque cuesta creer que exista un amor de dimensiones eternas que surja prácticamente de la nada y que se alimente a través de los años de eso mismo, es decir de casi nada. Y posible porque el amor es a veces imposible. El hermetismo de Mattía hace que todas las personas, que realmente lo quieren, giren a su alrededor buscando entrar en ese mundo frío, imperturbable y sin sentimientos que él ha creado, cuya única alarma que le advierte de que sigue vivo es el dolor que se provoca mediante diferentes cortes con objetos punzantes.
Debo admitir que me enamoré de esa clase de amor y me enamoré de los personajes, es más... antes de terminar la novela la hubiera calificado con un diez redondo pero... siempre hay un pero... el final no me gustó nada. ¿Cómo puede un libro ser fantástico un 99% y justo, sí justo al final romper el hechizo? pues eso precisamente fue lo que pasó. Así que mi puntuación es de 7, el libro está bien, muy bien pero no lo volveré a leer. ¿Lo recomiendo? sí, por supuesto, pero espero que el efecto final que tengan sea distinto al mío.