martes, 18 de septiembre de 2012

Flores en la tormenta - Laura Kinsale

Inglaterra, siglo XIX, Christian Langland, Duque de Jervaulx, matemático, es víctima de una de apoplejía, la misma que confunden con locura dada lo desconocida de la enfermedad en esa época.
Pese a su linaje, dinero y poder es trasladado a un manicomio para que lo cuiden, lo protejan y sobre todo lo mantengan controlado.
Maddy Tims, cuáquera, perteneciente a la Sociedad Religiosa de los Amigos, beata, puritana, mojigata y santurrona, hija de un matemático ciego, empieza a trabajar como enfermera en el mismo manicomio que se encuentra Jervaulx.      

Los dos ya se conocen (justo antes de enfermar, el Duque y el padre de Maddy trabajaban en una nueva teoría matemática) su re-encuentro será el inicio de una relación  intensa pero tierna, prohibida pero inevitable, tortuosa pero necesaria.

He disfrutado muchísimo leyendo Flores en la tormenta, es un libro del que te cuesta desprenderte, retrasas el momento de llegar a su final y guardarlo en un rincón, los personajes se quedan tan grabados en tu memoria que por mucho tiempo, incluso días después de acabarlo, tienes la sensación de que la historia de el Duque continúa, te hace experimentar  diversas sensaciones, ternura, angustia, emoción, expectación, todo… en un par de páginas . 
Al principio los personajes parecen ser los típicos que encuentras en todas las novelas de género histórico - romántico, pero nada más lejos de la verdad, el personaje de Christian Langland, va tomando fuerzas conforme avanzas, la apariencia con la que se presenta al principio de mujeriego, vividor, divertido, botarate, cambia conforme vas adentrándote en la historia. Un ser humano que sufre y padece una enfermedad muy fuerte, la misma que borra de un plumazo el estilo de vida al que estaba acostumbrado, que impide radicalmente su forma de comunicarse con el exterior, que le obliga a ser brutalmente dependiente de los demás. Su manera de sobrellevar la situación, su coraje por cambiar su destino, su fuerza oculta detrás de sus palabras mal dichas y frases sin sentido, hacen que termines irremediablemente enamorada de él. Me ha recordado mucho a Erik en El Fantasma de la Ópera por la manera tan profunda que se adentra en tu corazón.
Maddy, creo que está muy bien descrita, presentada, sobre todo porque debemos verla desde el punto de vista de los principios que rigen a una cuáquera, que rechazan todo lo mundano, los material, lo fatuo, que luchan por vivir en un mundo apartado, diferente, más espiritual, religioso, justo el mundo contrario al que vive el Duque.
No es una historia cualquiera, no es un bonito cuento de amor, ni tampoco un relato cuya fuerza se base en la descripción de hechos históricos. Es una historia de amistad, de lealtad más allá de toda comprensión, es una historia que rompe los esquemas establecidos porque el amor nace en medio del sufrimiento, en medio de la lástima en medio del dolor. Es una historia preciosa, inolvidable.








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