Vivir o morir.
Todo se reduce a eso.
Y en otras muchas ocasiones, simplemente a sobrevivir.
Pero ¿cómo hacerlo en un mundo lleno de sombras y sangre, de crueldad y violencia, de perversión e incertidumbre?
¿Cómo conseguirlo cuando la atracción entre dos almas destrozadas, cuyo destino está unido y regido por la muerte, la venganza y las mentiras, se torna en deseo, el deseo en amor y el amor en una enfermiza obsesión?
El pasado acecha.
El presente apremia.
Y el futuro no podría ser más desesperanzador.
Descubre la intrigante historia de Zack y Linda; dos corazones agrietados por profundas y horrendas cicatrices, donde la magnitud de lo que sienten es lo único que puede salvarles... Y también lo único que puede romperles por completo.
Todo se reduce a eso.
Y en otras muchas ocasiones, simplemente a sobrevivir.
Pero ¿cómo hacerlo en un mundo lleno de sombras y sangre, de crueldad y violencia, de perversión e incertidumbre?
¿Cómo conseguirlo cuando la atracción entre dos almas destrozadas, cuyo destino está unido y regido por la muerte, la venganza y las mentiras, se torna en deseo, el deseo en amor y el amor en una enfermiza obsesión?
El pasado acecha.
El presente apremia.
Y el futuro no podría ser más desesperanzador.
Descubre la intrigante historia de Zack y Linda; dos corazones agrietados por profundas y horrendas cicatrices, donde la magnitud de lo que sienten es lo único que puede salvarles... Y también lo único que puede romperles por completo.
Sinceramente no sé por dónde empezar mi reseña, decir que ha sido una pasada, me quedo corta. Lo he leído en una semana por no tener más tiempo que robarle al sueño, pero de haberlo tenido lo hubiera devorado en un solo día.
El Cielo está envuelto en cadenas de Pamela Díaz es un libro crudo, duro, impactante e inolvidable, porque aunque existen muchos libros que traten la misma temática, estoy segura de que éste, en particular, lo recordaré durante mucho tiempo.
Había leído, hace un año, el primer libro de Díaz -Fragmentos- y la verdad es que me gustó, pero no me produjo la sensación de constante expectación y de emoción que me ha generado este último.
La historia está contada en primera persona por los dos protagonistas principales: Linda y Zack. Ambientada en México y Estados Unidos. Su género criminal-contemporáneo, igual que el primero, y que por lo visto, en las redes, está de última moda.
Zack, asesino a sueldo del cartel de Sinaloa, mano derecha del Capo Benicio, se encuentra recluido nueve años en la cárcel por cometer varios asesinatos. Diagnosticado como psicópata, no conoce la diferencia entre el bien y el mal, carece de remordimiento, su vida ha sido un devenir de delitos a cambio de dinero, salvo el último crimen cometido por pura venganza.
Linda, psicóloga especializada en criminología, prepara su tesis de doctorado sobre los diferentes tipos de violencia humana. Para terminarla necesita entrevistar unos días a uno de los más peligrosos reclusos (Zack). Y es así, como la vida de los dos se cruzan. Un cruce que, estoy segura de que ni la propia escritora, ni ningún lector, pudieron llegar a imaginar que sería tan explosivo.
Zack sin querer involucra a Linda en su fuga y se ve obligado a trazar un plan en el que ella será la pieza clave. Pero no solo Linda está en peligro, la mafia mexicana es despiadada y no permitirá que Zack cumpla con su objetivo... matar a Benicio, incluso si para impedirlo debe asesinar a personas inocentes.
Esta novela es adictiva, trepidante, absorbente, crea escenas de acción, pasión, peligro, erotismo que aunque no sean tan creíbles, son perfectas para la trama. Me ha encantado porque sus personajes principales son los malos, los muy muy malos, personas cuya vida ha sido tan desgraciada, tan dura y miserable que no han tenido ninguna posibilidad de no ser lo que son... y aún así... terminas queriéndolos.
No puedo decir más que es perfecta para aquellas personas que les gusta lectura fácil, clara, en una trama emocionante, entrañable y que hace que el lector cambie de bando del bien al mal continuamente.
Quizás no te guste, quizás incluso la taches de imposible, pero lo que nunca pasará es que "El cielo está envuelto en cadenas" te sea indiferente.
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